Se refiere al período en Egipto desde aproximadamente el 304 al 30 a.C. que lleva el nombre del primer gobernante de la Dinastía, Ptolomeo I, quien heredó Egipto en la división del imperio de Alejandro el Grande. El período se caracteriza sobre todo por la fusión de fuertes influencias griegas con métodos de expresión egipcios tradicionales en arquitectura, y cambios en las convenciones pictóricas como la representación de la figura humana en estatuaria y escultura en relieve.