Se refiere a un período y estilo de las intermedias y últimas décadas del siglo XVI en Italia y Europa del norte. El estilo se caracteriza por una evolución desde la calma y serenidad del Renacimiento Clásico a las composiciones más emocionales, activas, asimétricas con aplicaciones más innovadoras de colores, materiales, y técnicas. Muchas obras de este período también pueden asociarse con el Manierismo.