Perspectiva lineal en la cual hay tres puntos, en el contexto de las formas rectangulares representadas de modo que ningunos de sus lados sean paralelos al plano del cuadro, sino que por el contrario cada uno de los tres grupos de líneas paralelas retroceden a sus propios puntos. Esta técnica fue hecha popular en el siglo XVII. Puede también referirse a las pinturas en las cuales hay tres puntos de vista.