Vidrio en lebrillos planos que se fabrica soplando una burbuja de gas, transfiriéndola del tubo de soplado a una varilla, cortándola para abrirla y haciéndola girar rápidamente hasta que, por fuerza centrífuga, se extienda en forma de un disco plano. Pueden tratarse de lebrillos individuales pequeños, con un "ojo de toro" al centro, o de grandes discos que son recocidos y cortados en piezas. El vidrio en corona es delgado y brillante, con una leve convexidad y líneas onduladas concéntricas. Conocido de los antiguos romanos durante el Imperio, se encuentra en las ventajas de las catedrales medievales.