Se refiere a imágenes dobles de una misma escena que producen el efecto de tridimensionalidad cuando son vistas a través de un estereoscopo. Fueron previstas por primera vez en 1832 por el físico inglés Charles Wheatstone, quien las describió como una forma única de fotografía artística, ya que un dibujante no podía dibujar dos escenas con perspectivas exactas a partir de puntos de vista con una separación de sólo 2 1/2 pulgadas, que corresponde a la distancia normal entre ojos humanos y necesaria para lograr el efecto tridimensional. El espejo estereoscópico de Wheatstone no resultó práctico para un uso fotográfico y el invento fue popular recién en la década de 1850 cuando Sir David Brewster, un científico escosés, diseñó un instrumento visor más simple. La introducción del proceso al colodión, que simplifica las técnicas de exposición y copiado, permitió que las fotografías tridimensionales se convirtieran en una manía popular. Pueden ser daguerrotipos, negativos u otras formas fotográficas. Para imágenes en forma de copias fotográficas sobre tarjetas, use el término más específico "estereograma".