Alude al principio del período Helenístico, a partir de alrededor del 330 a.C a alrededor del 220 a.C. Se caracteriza por el establecimiento de talleres griegos en ciudades distantes, incluyendo Siracusa, Pergamon y Alejandría. Es conocido por la creación de obras de arte técnicamente avanzadas que incorporan figuras humanas que son diferentes a las del arte Clásico Tardío en que se han alargado las proporciones cada vez más y exhiben retratos sutilmente idealizados que empiezan a incorporar verdaderos estudios de carácter.