Los nombres de las subfamilias de ciervos del Viejo Mundo (subfamilia Cervinae) y de ciervos del Nuevo Mundo (subfamilia Capreolinae) reflejan el lugar donde evolucionaron originalmente los ciervos; sin embargo, ahora no se trata de una distinción geográfica sino que se deriva de sus diferentes estructuras de patas. En el ciervo del Viejo Mundo los huesos de la segunda y quinta mano (metapodos) han desaparecido casi por completo, excepto por los restos proximales y terminales. En el ciervo del Nuevo Mundo los restos son distales.