Cartón relativamente fino hecho de papel reciclado. Recubierto de arcilla o con papel blanco. Los anuncios de ferrocarril se hacen a menudo a prueba de agua para evitar que se curven al cubrirlos con pintura a base de agua o al manipularlos con las manos mojadas. El grosor habitual es de cuatro y seis pliegues, y se encuentra casi siempre en negro, blanco o uno de varios colores teñidos con lustre de laca.