Se refiere a un período y estilo desarrollado principalmente en la última década del siglo decimoquinto en Florencia y Roma, extendiéndose a otras partes en Italia y en Europa del norte. Generalmente se considera que finaliza con el desarrollo del Manierismo en los 1520. El estilo evolucionó del Renacimiento Temprano y se caracteriza por una nueva visión de la grandeza humana, la acción heroica, el orden composicional, la simetría, el equilibrio, y la armonía.