Se refiere al estilo muy individualizado que se desarrolló en Irlanda comenzando en el siglo VII, particularmente en las comunidades monásticas. El estilo es especialmente evidente en ilustración de manuscritos y escultura y al parecer es el resultado de la combinación de arte anglosajón y germánico. Se caracteriza por colores brillantes y ornamentación opulenta compuesta de lÃneas sumamente intrincadas y entrelazadas, formas abstractas, animales y figuras humanas estilizadas y planas.